En las ciudades de Madrid y Barcelona, los dos principales mercados inmobiliarios, apenas hay en comercialización 4.114 viviendas en promociones nuevas (9.920 en ambas provincias) y el grueso se ha puesto a la venta en los dos últimos años. Además, ya no se trata de casas terminadas, como en los años de crisis, sino de promociones en construcción o sin iniciar que se ofrecen sobre plano y cuyos precios han crecido tanto desde 2016 que la oferta de viviendas de menos de 150.000 euros es actualmente insignificante.
Dada la escasez de obras, la oferta de vivienda nueva podría agotarse en ocho meses en el caso de la región madrileña (nueve en la capital) y en algo menos de 14 meses en el provincia catalana (12 meses en el término municipal), algo que va a acelerar las subidas de precios de los últimos meses, indican en ST Sociedad de Tasación, que ha elaborado un censo de promociones pendientes de vender.
En los últimos dos años, ambos mercados inmobiliarios han dado un vuelco y no solo por el alza de los precios. En la Comunidad de Madrid el stock de vivienda nueva se ha agotado un 93,7% desde 2016, indican en Sociedad de Tasación. La tasadora ha contabilizado una oferta actual de 6.319 viviendas, lo que supone un aumento del 15,8% con respecto a 2016. En ese cómputo se incluyen 346 viviendas que ya estaban en venta en 2016 y que no se vendieron, más 5.973 nuevas unidades.
Más acusado ha sido la absorción en Madrid capital, donde se ha dado salida a más del 97% de la oferta en dos años, de forma que ahora hay en venta 3.067 viviendas (3.007 de ellas son unidades nuevas), un 42,1% con respecto a 2016. El 98% de su oferta está compuesta por inmuebles puestos a la venta en los dos últimos años.
En este nuevo ciclo inmobiliario ha perdido peso la oferta de inmuebles terminados, que representa en la Comunidad de Madrid el 7,5% del total del stock, frente al 58,1% que suponía en 2014. El 60,5% de la oferta registrada ahora es vivienda sin iniciar y el 32% vivienda en construcción. En concreto, la oferta actual de vivienda terminada se ha reducido un 75,8% con respecto al censo de 2016 y la de inmuebles en construcción ha crecido un 54%, mientras que la oferta de viviendas sin iniciar se ha incrementado en un 75,1%.