En 2016, las perspectivas del mercado inmobiliario son positivas y el sector avanzará por la senda de la recuperación iniciada en 2014. Los fundamentales de la demanda residencial evolucionan con tendencias positivas: el empleo continuará creciendo durante 2016 y, además, se avanzará en la estabilidad financiera. El recorte de los tipos hipotecarios y la reducción de los diferenciales aplicados por las entidades financieras darán lugar a descensos del coste financiero en 2016. Por otro lado, el incremento de la renta bruta disponible de los hogares observado en el pasado año 2015 se intensificará durante 2016, lo que se verá favorecido por el aumento de la riqueza de los hogares y por la reducción de la carga fiscal derivada de la rebaja del IRPF. Con esto, esperamos que las ventas de viviendas continúen por la actual senda de crecimiento y concluyan este ejercicio 2016 con un incremento similar al registrado en 2015.
Por su parte, el precio de la vivienda comenzará a crecer en términos agregados. De hecho, en algunos mercados la recuperación de los precios, ya iniciada en 2014, se consolidó en 2015 y se intensificará en 2016; en otros, el precio tenderá a estabilizarse a lo largo 2016. Entre estos últimos mercados se encuentran aquellas regiones con menor actividad económica y con un mayor problema de sobreoferta. Por el contrario, en comunidades con un crecimiento de la actividad superior a la media y/o en aquellas que cuentan con un importante soporte de la demanda externa, se espera que el precio de la vivienda concluya el año en curso en positivo. Con todo, puede decirse que el precio de la vivienda completará 2016 con un tono positivo, yendo de menos a más. Así, la tendencia indica que a finales de 2016 se apreciarán revalorizaciones ligeramente superiores a la inflación.
La oferta no se mostrará impasible y reaccionará a esta evolución creciente de la demanda, esperándose un incremento de la iniciación de viviendas también en 2016. Del mismo modo, no se prevé un aumento generalizado espacial de la actividad y, de nuevo, aquellas regiones con mayor actividad económica y menos expuestas al exceso de inventario serán las que liderarán la recuperación.