En la actual fase expansiva, por primera vez numerosas familias que viven de alquiler cambiarán su vivienda actual por una en propiedad. Las claves de este cambio serán tres: las menores exigencias de la banca para conceder hipotecas, tanto en términos de ingresos mensuales familiares como de niveles de ahorro previo; más el fuerte aumento de las rentas de alquiler, así como la mejora de los datos de empleo.
Este recorrido será por tanto el inverso al que se ha llevado a cabo en los últimos diez años, en los que el alquiler fue ganando adeptos y creció un 33% el numero de familias que se acercaron a él, especialmente entre los menores de 35 años, que lo veían como la única forma de acceder a una vivienda. Según Juan-Galo Macià, CEO de Engel & Völkers en España, Portugal y Andorra, en 2006 solo había un 2,2 de familias que vivían de alquiler, en 2017 eran ya más de 3 millones. Para el directivo, es de esperar que en los próximos años ese millón de familias que se pasaron al alquiler vayan optando por la compra de obra nueva en los barrios residenciales de las grandes ciudades.
Normalmente, el momento de renegociar la renta (cada 3 años en la mayoría de casos desde la reforma de 2013) es el momento elegido por los inquilinos para cambiar de barrio y plantearse la compra, porque es cuando son conscientes de la subida de precio del alquiler del barrio donde residen. En Madrid y Barcelona en los últimos tres años se han visto subidas de hasta el 10% en algunos barrios.