España es un país de propietarios. A pesar de que cada vez son más las persona que eligen el alquiler como su modo de vida, casi la mitad de los que lo hacen es por la incapacidad de adquirir una vivienda. Concretamente, el porcentaje de inquilinos que querría comprar una vivienda es del 47 % según los datos del último informe de las inmobiliarias.
El estudio revela que el 43% de los inquilinos se plantea comprar una casa en los próximos cinco años, mientras que un 40% no prevé comprar a medio plazo pero no descarta hacerlo en un futuro y sólo un 17% de ellos no tiene previsto comprar vivienda ni a medio ni a largo plazo.
Además, aumenta la percepción de que alquilar es tirar el dinero, un pensamiento que se fue perdiendo durante los años de crisis y que ahora regresa con fuerza entre el 33% de los inquilinos. Asimismo, un 60 por ciento apoya firmemente la idea de que ahora compensa más pagar una hipoteca que un alquiler.
Las elevadas subidas de precios que se han registrado en España desde 2015, con encarecimientos récord en nuestro país, llegando al 9 por ciento de subida en 2017, han expulsado a gran parte de los jóvenes del mercado, ya que la demanda de entre 18 y 24 años ha caído un 38 por ciento. En el cómputo general la demanda se ha contraído un 36 por ciento.
El desfase entre la oferta y la demanda ha limitado también las posibilidades de los inquilinos, que no han logrado negociar los precios en un 61 por ciento de los casos. Asimismo, la percepción de que estamos próximos a una burbuja la tienen ya la mitad de los inquilinos, frente al 32 por ciento que lo pensaba en 2017.