La compra de viviendas por parte de extranjeros representó en el año 2016 un 13,2% del total de unidades vendidas en España, el dato más alto de la última década, y todo hace prever que este porcentaje se superará en 2017 y alcanzará su récord histórico al cierre del año.
Respecto al lugar de origen del comprador, de las 53.500 viviendas adquiridas por extranjeros en 2016, los británicos encabezan el ranking. Les siguen franceses (8%), alemanes (7,6%), suecos (6,7%), belgas (6%) e italianos (5,4%).
La disminución de la demanda británica a favor de otros países da lugar a una mayor diversificación de nacionalidades, lo que, sumado a unos precios aún muy atractivos para el comprador extranjero, aporta mayor seguridad en cuanto a la evolución de la demanda.
Están irrumpiendo con fuerza en el mercado español los compradores eslavos, principalmente rusos, que están optando a viviendas en zonas de Alicante como Benidorm o Denia y en la costa catalana en enclaves como Castelldefels o Tarragona, además de comprar en Baleares y Canarias, al tiempo que informa que se ha detectado un interés incipiente de ciudadanos chinos, que están tanteando el mercado de costa español.
La capital de Cataluña es un caso aparte, ya que el protagonismo de los compradores extranjeros ha aumentado sensiblemente. El atractivo del mercado residencial de Barcelona para los extranjeros tanto en compra como en alquiler se debe a diversos factores. Uno de ellos es el desembarco de empresas internacionales que se han decantado por la ciudad española en detrimento de otras plazas como Londres o París, cuyos precios de en materia de vivienda son más caros. Los inversores profesionales son la otra pata en la que se sustenta el buen momento de Barcelona. Y en último lugar los compradores de segunda residencia.