Según los datos conocidos en los últimos meses parece que el sector inmobiliario está acelerando su recuperación consiguiendo así la estabilidad que perdió durante los años de crisis económica.
Pero ¿Se puede hablar de una recuperación del sector inmobiliario? Los datos apuntan a que el precio de la vivienda descendió un 3,1% en el mes de junio, respecto al mismo periodo de 2014, hecho que lleva a plantearse si la recuperación del sector inmobiliario es real o no. Lo que sí es cierto es que hay una clara estabilización del sector inmobiliario pues, a juzgar por los datos, ha habido un cambio de signo en los parámetros al pasar de una tendencia descendente a una tendencia de estabilización…
Con respecto al precio de la vivienda, se está atendiendo a la estabilización en función de las zonas e incluso de los distritos de las ciudades; hay zonas donde se producen incrementos muy leves y, otras, donde se producen descensos muy leves
Incremento de la compraventa
En cuanto a los niveles de compraventa de viviendas, el último informe de transmisiones de derechos de la propiedad publicado el Instituto Nacional de Estadística (INE) muestra que se registraron más de 30.000 operaciones en junio, un 17% más que en el mismo periodo de 2014.
Respecto a las inversiones extranjeras los expertos aseguran que la entrada de fondos extranjeros en el mercado español está provocando el cierre de operaciones en las que el precio del suelo es sorprendente, debido principalmente a los cortos plazos en los que este tipo de fondos se mueven. El sector inmobiliario apunta directamente a los capitales extranjeros, sobre todo los chinos y rumanos en el ámbito del «alto standing». Solo en Madrid un 18% de las operaciones vienen por parte de compradores chinos. Además, en las zonas costeras han sido los extranjeros los que han hecho reflotar este merado.
En definitiva, el sector inmobiliario está sufriendo un cambio de tendencia pero los niveles que se presentan no son los óptimos para asegurar que se puede llegar a los valores anteriores a la crisis. Por tanto, lo razonable, sería un crecimiento sostenible para que todo vaya en sintonía, puesto que no sería aconsejable volver a cometer errores pasados.