Convertirse en propietario de una vivienda en la que otra persona vive de alquiler es algo más común de lo que parece. Los vendedores no suelen ocultar una realidad que, si bien ayuda a negociar el precio de venta a la baja, hace que entren en conflicto los derechos y obligaciones del nuevo dueño del inmueble y del actual arrendatario. Te damos algunos consejos:
1. Tanteo y retracto. Si quieres comprar una casa en la que hay alguien viviendo con un contrato de alquiler en vigor, lo primero que debes preguntar es si el inquilino ha renunciado expresamente a sus derechos de adquisición preferente.
2. Nota simple. Antes de abonar cualquier tipo de señal, es fundamental que se comprueben los datos correspondientes a la situación de la vivienda en el Registro de la Propiedad.
3. Inversión segura. En ocasiones, que la vivienda cuente con un contrato de arrendamiento no representa ningún tipo de inconveniente para el comprador, es más, incluso le viene bien, siempre y cuando tenga un claro perfil inversionista.
4. Respetar el contrato.Otra cosa es que el nuevo propietario quiera ocupar la casa tras la firma. El contrato debe respetarse hasta su finalización si este está inscrito en el Registro de la Propiedad. Así, el nuevo propietario se subroga al contrato existente.
5. Procedimiento judicial. La peor de las situaciones posibles que se le pueden presentar al nuevo dueño del inmueble, es que después de esos meses, el inquilino se niegue a abandonar la casa de forma voluntaria. Si llegará a darse este problema, habría que iniciar un procedimiento judicial para desahuciar al inquilino. Con el fin de evitar incidencias, siempre es preferible que las tres partes interesadas lleguen a un acuerdo y se comprometan a cumplirlo.